La manera de basar una práctica de esta clase no va a ser ni más ni menos que un reflejo de cómo es el practicante con los otros en lo demás de puntos de su historia, pues entendido el medio como ser de pleno derecho, el respeto hacia él no va a ser distinto al respeto con el que trataríamos a cualquiera: si conocemos nuestro territorio, no le quitaremos algo sin su permiso y no nos acercaremos a agasajarla de golpe con muchas atenciones y regalos.
Aunque cada uno puede encontrar sus propias pautas, considero que para que el trabajo sea efectivo hay ciertos puntos que cualquier bruj@ ligada al territorio debe considerar. Estos puntos, sobre los que profundizaremos durante esta sección, son la base que fundamentará la práctica y conformará unos cimientos firmes sobre los cuales poder edificar:
Visitar: Si no se pisa un espacio es imposible conocerlo por varios libros o blogs que se lean, pues la teoría no posee la función de sustituir lo cual proporciona la vivencia. Se necesita pasar un largo tiempo ahí para conocer sus particularidades y conseguir una confianza recíproca. La práctica primordial a realizar en él, que va a ser nuestra base y a la que dedicaremos más tiempo, es sin lugar a dudas pasear, sin embargo vamos a poder hacer además otro sinnúmero de ocupaciones para conocerlo, tal y como explicaremos posteriormente.
Sevir: Para cultivar una interacción con aquel sitio es primordial protegerle y cuidarle como a nuestra propia vivienda, agradecerle, devolverle el favor por todo lo cual nos da y servirle para contribuir al plan común que poseemos con él, el ecosistema del que formamos parte.
Percibir: El territorio tiene sus propias prácticas, lenguas y maneras de expresión, y nosotros mismos, que somos los que buscamos el acercamiento, somos los que debemos aprender a comprender su lenguaje y a estar comunicados. Poco obtendremos de aguardar escuchar del bosque, con nuestros propios oídos físicos, una voz hablando precisamente en nuestra lengua; y, no obstante, estaremos ignorando lo mucho que dice un silencio repentino o una corriente de viento que nos invita a asistir.
Interactuar: Para interactuar y obtener contestación a nuestros propios acercamientos debemos hacernos parientes para aquel ámbito y sus pobladores, dejarnos conocer e implicarnos en sus ocupaciones. Es a base de mostrarnos abiertamente y ser positivos para ellos que lograremos ganarnos su confianza.
Investigar: Averiguar es ahondar en eso que nos es desconocido con el propósito de hacerlo conocido, lo cual nos da una posibilidad bastante preciada para aprender y avanzar. Investigar es presentarse a sitios que no visitamos tanto de nuestro alrededor para ver qué hallamos en ellos, preguntarnos cosas, buscar su contestación y encontrar recursos que habíamos pasado por alto antes.
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